Las entidades han cambiado su estrategia. La acuciante posición en que tanto bancos como cajas se encuentran en este momento, requiere un cambio de actitud de las entidades, que lleve a una recomposición de sus maltrechas cuentas de resultado.
Este cambio de actitud ha provocado que se acaben las promociones de comisiones cero o tarifas planas y se refloten gastos y comisiones que con el boom inmobiliario habían caído en desuso.
Con el endurecimiento del crédito y el fin del gran caudal de hipotecas provenientes del gran impulso del sector inmobiliario que durante varios años se vivió en nuestro país, los bancos y cajas han vuelto a cobrar comisiones por estudio y apertura en la concesión de hipotecas.
Ahora por analizar si un cliente es “apto” o “no apto” para recibir un crédito, las entidades cobran una comisión que en promedio es de 98 euros. Normalmente esta comisión se fija como un porcentaje del monto del crédito en cuestión, pero no debemos olvidar que normalmente se fijan valores mínimos.
Adicionalmente, si al final se definitivamente se suscribe la hipoteca, la entidad agregará una comisión de apertura, que actualmente se sitúa en unos 300 euros.
Estos valores muestran un incremento en este tipo de comisiones de un 150 por ciento, al compararla con los 120 euros que se cobraba en diciembre de 2008.
Contar con esta información es útil, ya que en el mercado suelen encontrarse aún propuestas de créditos hipotecarios que bonifican o no cobran estas comisiones. Así, al buscar una hipoteca es conveniente rastrear el mercado y comparar entre las distintas propuestas de diferentes entidades con el ánimo de evitar este tipo de gastos.
Una herramienta muy fácil de utilizar y que puede aportar una idea más amplia es la simulación del crédito y de los gastos mediante un comparador de hipotecas. Desde este espacio, ponemos a su disposición una completa herramienta, en el Comparador de Hipotecas de Hipolisto.