La hipoteca multidivisa: un préstamo no apto para cardíacos

El préstamo hipotecario en divisas se estructura de la misma forma que un préstamo hipotecario en euros, con la particularidad de que la deuda se contrae en otra moneda (dólar, yen, franco suizo, libra esterlina).

Jurídicamente tiene la misma regulación una hipoteca en euros que una en otra moneda. Si en lugar de ser una hipoteca en una moneda extranjera hablamos de un préstamo hipotecario sobre una vivienda que puede estar en varias monedas a elección del deudor, nos referimos a la hipoteca multidivisa.

Las hipotecas multidivisa normalmente están denominadas en euros, yenes, francos suizos o dólares. No deja de ser un préstamo hipotecario, en el cual el cliente puede elegir tener la deuda en diferentes monedas, sin tener que cancelar o novar la escritura. Se estipula un periodo mensual, normalmente, en el que el cliente puede cambiar de divisa.

Una de las diferencias a tener en cuenta es que no se pueden subrogar, las hipotecas multidivisa. Para cambiar de banco deberíamos cancelar y constituir una nueva hipoteca, con los elevados gastos que ello conlleva.

La razón de querer contratar una hipoteca multidivisa es poderse beneficiar de tipos de interés menores de los mercados foráneos y apostar por las diferencias de tipo de cambio.

El riesgo principal es que de un día para otro tengamos una deuda pendiente con el banco muy superior a la inicial. Si tenemos la hipoteca con yenes y éste se aprecia respecto al euro, tendremos que pagar más euros para comprar la misma cantidad de yenes. El riesgo de tipo de cambio acaba de aparecer en nuestras vidas.

La hipoteca multidivisa sólo la veo recomendable para clientes que tienen dinero ahorrado (no financian por encima del 70% de tasación), ingresos muy holgados respecto a la cuota mensual (para evitar entrar en bancarrota si se nos incrementa por efecto del tipo de cambio), una cultura financiera elevada y un dominio de las variables que influyen en el valor de las monedas y, preferiblemente, con ingresos que no sean sólo en euros.

Si uno quiere invertir en divisas, creo que es mucho mejor hacerlo directamente y no con una hipoteca, cuya finalidad debería ser solamente adquirir una vivienda.

Pau A. Monserrat
Economista

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