El final del Estado de alarmante ha traído consigo, entre otras muchas cosas, una reactivación del mercado hipotecario que ya pudimos comprobar en el mes de abril y de manera incipiente, y en este mes de mayo que termina de manera más contundente.
La previsión es que, cara al verano, una época que habitualmente no suele ser de mucha firma de hipotecas, la compraventa de vivienda de un salto cuantitativo notable. En este contexto, es importante recordar, si se está en disposición de buscar una hipoteca, algunas claves fundamentales a la hora de comparar diferentes préstamos hipotecarios.
Diferenciales y comisiones
Con el Euríbor por los suelos, los diferenciales son la clave y las comisiones la otra parte fundamental a la hora de analizar el coste de la hipoteca.
Los diferenciales, hoy en día, no difieren mucho de una oferta a otra entre entidades financieras. Aunque, como veremos más adelante, la vinculación modifica de manera sustancial este elemento.
Generalmente la ausencia de comisiones es la tónica, en todo caso las comisiones harán referencia a cuestiones como la cancelación anticipada, pero, no a las principales comisiones. Las mejores ofertas hoy en día mantienen esta línea de retirada de las comisiones principales.
Qué exige el préstamo hipotecario
Este es un punto básico. Y es que el problema estriba en que realmente daría igual el hecho de encontrarse unas hipotecas con diferenciales muy bajos si las exigencias de contratación fueran tan elevadas que directamente causarán rechazo en el usuario por no poder cumplirlas.
Hasta ahora, las mejores hipotecas con diferenciales por debajo del 0,5% exigían unos niveles de ingresos para la contratación muy elevados por núcleo familiar o solicitante, lo cual obviamente ya de entrada limita el espectro de usuarios que pueden contratar estos productos.
Qué vinculación te exige la hipoteca
Sin ningún género de dudas este va a ser el caballo de batalla de los próximos años en relación a las hipotecas. Las mejores ofertas del mercado, hasta ahora, tenían unos niveles de exigencia en vinculación verdaderamente grandes, que obligaban al usuario prácticamente a la contratación de todos los productos financieros habituales a través de la misma entidad para poder obtener el grado máximo de bonificación.
Esto, sin ser negativo en sí mismo ya que puede haber usuarios a los que les interese, realmente genera un hecho paradójico, y es que, a largo plazo, el coste de los productos asociados puede elevar más el costo de la hipoteca que la contratación de otra tal vez con peor diferencial, pero con menor nivel de vinculación.
Por ello es básico como decíamos atender al grado de vinculación que la entidad nos exigirá para la contratación del producto, más aún, Debiéramos ser capaces, del mismo modo que establecemos comparativa sobre los diferenciales, de establecer comparativas sobre las exigencias de vinculación y los costes a futuro de las mismas, viendo la operación de la contratación de la hipoteca como un todo en relación al conjunto de productos asociados.