Según publicó ayer el Banco de España la tasa de morosidad de las entidades financieras durante este pasado mes de mayo ascendió al 6,498%, lo que supone regresar a cifras de 1995 y un incremento de un punto porcentual con respecto al dato de mayo de 2010.
En cifras absolutas, el volumen de activos dudosos que manejaban las entidades financieras españolas a finales de mayo ascendía a 117.592 millones de euros, del total de 1,80 billones de euros que acumulaban en término de préstamos.
En cuanto al desglose por entidades, esta es la primera vez que el Banco de España no diferencia entre bancos, cajas y cooperativas de crédito, sino que establece una nueva diferenciación entre entidades de depósito (las anteriores) y entidades de crédito (los establecimientos financieros de crédito).
En este sentido, las entidades de depósito acumularon una tasa de morosidad del 6,455%, para un total de 113.086 millones de euros en activos dudosos, mientras que los establecimientos financieros de crédito situaron su tasa de morosidad en el 9,787%, para un total de 3.889 millones de euros.
El mayor problema es que esta elevada tasa de morosidad provoca que las entidades financieras duden antes de plantearse la posibilidad de conceder nuevos préstamos, y cuando lo hacen lo hagan con tipo de interés poco competitivo y comisiones excesivas.
Por tanto, para que todo el sistema funcione de manera correcta, se necesita una reducción drástica de la tasa de morosidad, para lo que es totalmente necesario que también se reduzca la tasa de desempleo.