A medida que la crisis se va recrudeciendo cada vez más surgen voces en favor de la constitución de un Fondo de Garantía Hipotecaria que permita dotar al sector de cierta seguridad para todas las partes implicadas y garantice el futuro tanto de las propias entidades financieras como de los ciudadanos, de forma que puedan seguir disponiendo de sus domicilios sin riesgo de desahucio.
Pero, ¿qué sería exactamente este Fondo de Garantía Hipotecaria y para qué serviría?
Se trataría de un fondo que se formaría para solventar los casos de dificultad económica objetiva, garantizando el pago de las cuotas hipotecarias para tranquilidad de las entidades financieras y seguridad de las familias que no se quedarían, en ningún caso, sin su vivienda habitual, con lo que se trataría de una solución de suma positiva, en la que ganarían todos.
La idea sería imitar el modelo del Fondo de Garantía de Depósitos, en el que las entidades financieras están obligadas a aportar un porcentaje del depósito a un fondo, cantidad que luego se utilizaría en caso de dificultad de la entidad a la hora de devolver el capital acumulado por el propio cliente.
En el caso del Fondo de Garantía Hipotecaria el juego sería prácticamente igual, ya que al formalizar cada Hipoteca se aportaría una pequeña cantidad a este fondo que serviría para financiar los casos en dificultad. En un principio el pago del porcentaje a colocar en el Fondo de Garantía iría a partes iguales por parte de las entidades financieras y de los ciudadanos, permitiendo así que ninguna de las dos partes tenga que realizar un gran esfuerzo.
La clave, por otro lado, estaría en determinar cuales son los casos objetivos que se pueden catalogar para aplicarse el Fondo de Garantía Hipotecaria, ya que si se abriera el abanico a cualquier impago se estaría pervirtiendo la idea del Fondo y causando más daño que otra cosa.
Parece claro que los casos de impagos se determinarían en función de dificultades económicas objetivas en forma de pérdida de empleo, de reducción de jornada, o de reducción salarial permanente, de manera que las familias que anteriormente podían asumir el pago de una cuota hipotecaria determinada, ahora se enfrentarían al problema de no poder hacerlo.
Sin duda se trata de una medida fabulosa de solidaridad ciudadana que garantizaría que ningún ciudadano quedaría fuera del sistema hipotecario, y permitiría evitar los dramas sociales que se han venido produciendo con la crisis económica y las elevadas tasas de desempleo, realmente insostenibles a todos los niveles.
Ahora habrá que ver hasta que punto esta medida tiene recorrido o si se queda en una idea sin más que no surte efecto real en la modificación legislativa que parece imperiosa en el sector hipotecario español.