De la comparecencia de prensa de Jean Claude Trichet, tras la reunión de junio del Banco Central Europeo, se obtiene una certeza y una presunción casi cierta. La certeza es que durante el mes de junio no se subirán los tipos de interés en la zona Euro, y la presunción casi cierta es que sí se producirá una subida en el mes de julio, seguramente de un cuarto de punto porcentual.
Este anuncio de subida del tipo de interés en el mes de julio provocará, sin duda, un incremento en el Euríbor durante este mes, ya que los mercados anticiparán la subida manejando la expectativa creada por el BCE.
Ello hará que la estabilidad que hemos estado viviendo durante estas últimas semanas se venga abajo y comience a recuperarse la senda alcista de mediados de marzo y de todo el mes de abril, provocando que todos aquellos titulares hipotecarios que tengan que revisar el tipo de interés de sus hipotecas lo hagan claramente al alza, en valores similares, o incluso superiores, a los que revisaron en función del Euríbor del mes de mayo.
Por otro lado, este incremento del Euríbor provocará que gran parte de la demanda hipotecaria potencial no tenga posibilidad alguna de convertirse en demanda efectiva y condenará un mercado, el de los préstamos hipotecarios, ya bastante ralentizado de por sí.
Se trata, en todo caso, de una decisión discutida y discutible del Banco Central Europeo, que ha priorizado el control de la inflación sobre otros valores de la economía real, como, por ejemplo, la creación de empleo y la recuperación económica, algo que sí se está realizando en Estados Unidos, donde la recuperación es casi ya un hecho.