En el actual contexto, y a pesar de que se le suponía una cierta posibilidad la relajación a los créditos hipotecarios tras la baja del precio del dinero, lo cierto es que el presente año 2013 al que sólo le queda un mes, no va a encontrar grandes movimientos en las hipotecas, y lo peor, es que las expectativas para los 2014, a pesar de que en teoría debiera ser el año decisivo para el inicio del despegue, o por lo menos para cierta normalización, no son nada halagüeñas.
Existen dos grandes desequilibrios que están contribuyendo a que la percepción no sea positiva, además por supuesto de las evoluciones del propio mercado y de una posición absolutamente escéptica por parte del comprador.
El primero de estos motivos por supuesto tiene que ver con el hecho de que el volumen de los préstamos siguen cayendo mientras que el volumen de morosidad sigue aumentando, generando un panorama de sobra conocido por todos y en el que desde luego resulta un hecho muy a tener en cuenta que a día de hoy en las compras de viviendas son más las que se financian a través de mecanismos alternativos que las que lo hacen a través del préstamo hipotecario.
El otro motivo fundamental, el otro desequilibrio, lo encontramos en las ofertas de las entidades financieras dirigidas a las viviendas propiedad propia, o de SAREB por ejemplo. La brecha que se está abriendo entre esta modalidad de oferta de hipoteca y una hipoteca estándar es ya a fecha de hoy lo suficientemente grande como para resultar preocupante, presentando desde luego un panorama muy complicado para el mercado inmobiliario, sobre todo el de vivienda de segunda mano.
Así que desafortunadamente, y a pesar de que muchas voces en el sector procuran visualizar los famosos brotes verdes, a fecha de hoy no resulta muy atractivo desde el punto de vista de las hipotecas lo que el año 2014 puede acabar trayendo.
