Alternativas a la hipoteca en la compra de vivienda

Fruto de la vorágine en la compraventa de viviendas de los años previos a la crisis, se tiene una imagen generalizada que asocia precisamente la compra de viviendas a las hipotecas, es decir, automáticamente si en una conversación citamos el hecho de una compra de vivienda lo más probable es que nuestro interlocutor asocie la financiación de la misma a la contratación de un préstamo hipotecario.

Esto, ha podido valer y ha debido ser efectivo durante muchos años, sin embargo, algo está cambiando y lo está haciendo a pasos agigantados, y las posiciones de usuarios que buscan modelos alternativos a la hora de comprar una vivienda, aunque todos partan prácticamente del mismo concepto (solvencia) se están multiplicando de manera exponencial.

 

Alternativas a la hipoteca en la compra de vivienda

Mejores hipotecas a interés variable

No tendríamos más que tomar los datos relativos a las operaciones de compra del pasado mes de mayo, en las que, además de constatar que se siguen vendiendo muy pocas viviendas en nuestro país, y que por tanto el mercado inmobiliario sigue inmovilizado, nos llevamos la (relativa) sorpresa de que sobre el total de dichas compras, tan sólo un porcentaje (el 30%) se llevarán a cabo a través de la firma de un préstamo hipotecario, lo que significa, que de un modo u otro, siete de cada 10 viviendas que se adquirieron en ese mes, se financiaron de otro modo, se financiaron alternativamente a la tradicional firma asociada de una hipoteca a la hora de la compra.

Si a lo anterior sumamos cuestiones en crecimiento en nuestro país como por ejemplo la permuta de viviendas (Swapping) tan común en los países del norte de Europa y a la que dedicaremos un artículo futuro, podemos entender un panorama en el que, de algún modo, es a partir del propio usuario como se está respondiendo a una situación tan compleja en la que además, como ya sabemos, lejos de encontrar modelos de hipoteca que traten de facilitar la agilidad del mercado inmobiliario, estas cada vez son más duras, y por tanto cada vez cuesta ya no sólo encontrar una hipoteca ajustada a necesidad, sino también cumplir con las condiciones endurecidas en los últimos años de este tipo de producto financiero.

 

 

 

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