El saldo hipotecario de las entidades financieras españolas marcó un mínimo histórico este pasado mes de julio con un descenso del 4,9% en términos interanuales, lo que supone el mayor descenso de la historia de esta serie estadística, publicada por la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
El volumen total del saldo hipotecario sostenido por las entidades financieras españolas a 31 de julio de 2011 ascendió a 1,039 billones de euros, lo que certifica el parón brutal que sigue sufriendo la concesión de nuevos créditos hipotecarios en nuestro país a pesar de los índices de recuperación que algunos analistas quieren ver.
Esta caídas continuadas que se vienen apreciando en el saldo hipotecario de las entidades financieras desde que estallara la crisis chocan frontalmente con los incrementos que se apreciaban durante los años de bonanza económica, cuando nos encontrábamos con incrementos del 20% en términos interanuales, lo que hace pensar el tremendo cambio que se ha producido en la realidad económica, en general, e hipotecaria, en particular, de nuestro país y de los países de nuestro entorno.
En términos absolutos, la pérdida de saldo hipotecario comparando julio de 2011 con julio de 2010 ascendió a 53.391 millones de euros, mientras que en términos mensuales, comparando julio de 2011 con junio de 2011, la caída fue de 4.321 millones de euros, lo que arroja un porcentaje del 0,41%.
Por otro lado, y si realizamos un desglose por entidades financieras, nos encontramos con que las cajas de ahorro siguen siendo las entidades que sostienen un mayor volumen de saldo hipotecario, con 565.581 millones de euros, aunque, eso sí, supone un 5,81% menos que en el año anterior.
Por detrás quedan los bancos con 389.583 millones de euros (lo que supone un 3,77% menos que hace un año), las cooperativas de crédito, con 68.993 millones de euros (un 3,8% menos que en el año 2010) y los establecimientos financieros de crédito con 15.677 millones de euros (un 3,16% menos que hace un año).
Nos encontramos por tanto con una situación de muy difícil concepción, en la que el saldo hipotecario de las entidades financieras sigue cayendo a pasos agigantados lo que hace ser poco optimista ante el futuro y pensar que la recuperación económica que se ha venido anunciando desde diferentes análisis económicos internacionales esté quedando en un segundo plano, sin posibilidad de convertirse en realidad en el corto plazo.
Lo cierto es que esta reducción del saldo hipotecario de las entidades financieras españolas tiene un fuerte componente de demanda, por la caída de las peticiones provocadas por la elevada tasa de desempleo que hace que los ciudadanos no puedan permitirse una financiación tan a largo plazo, ya que no saben lo que les deparará el futuro, pero también tiene una fuerte componente de oferta.
Y es que las entidades financieras siguen teniendo el crédito bloqueado a la espera tiempos mejores, para salvaguardar la liquidez y evitar caer en una situación de apalancamiento financiero absoluto, sin posibilidades de recuperación en el futuro, lo que les está llevando igualmente a la obtención de liquidez a través de los mercados minoristas, mediante la llamada guerra del pasivo.
Por tanto, hasta que las entidades financieras no recuperen la normalidad en sus operaciones y el crédito no fluya de la manera habitual, no podremos empezar a hablar de una recuperación económica cierta, y seguiremos a expensas de los movimientos especulativos de los mercados internacionales, que siguen dominando la situación a su antojo.