Las entidades financieras mantienen cerradas las puerta de entrada a nuevas hipotecas y sólo suelen abrirla para la comercialización de sus viviendas. Si los bancos y cajas no tienen suficiente liquidez y la que poseen la deben emplear para devolver lo que adeudan, difícilmente podrán prestar, es por eso que algunos sostienen que esta situación frente a las hipotecas es muy coherente. Además, las nuevas exigencias de solvencia hacen que si no pueden ampliar capital estén obligados a reducir su activo.
El sistema financiero español se abastecía de liquidez con emisiones de cédulas, bonos, pagarés y certificados de tesorería que colocaba mayoritariamente entre la banca internacional. Ahora, la falta de credibilidad en la economía española ha hecho que dichas compras desaparezcan y las entidades no puedan refinanciarse ni ampliar en el mercado su tesorería.
Por otra parte, hay que remarcar la bajada de la concesión de hipotecas en la escasez de crédito que padece el mercado y la economía española desde hace cuatro años. La banca, en términos generales, busca simplemente su beneficio.
Al analizar la situación podemos decir que dar una hipoteca a Euribor +1% (2,5%) supone a la entidad tener que financiarse en el mercado al 4% con depósitos. Es decir, perder un 1,5%. Por ello, o se da una hipoteca a Euribor +4% o la operación no tiene sentido financiero. Esto significa que mientras el Gobierno no incentive a las entidades a dar crédito será difícil que concedan préstamos.
A las entidades les sale más rentable dar crédito a la Administración que a particulares. El Estado español paga un diferencial del 3%»,esta actitud de la banca es conservadora y mientras que el Gobierno y las autoridades competentes no incentiven a las entidades a dar crédito será difícil que concedan préstamos porque no les interesa económicamente y más si tienen en cuenta los excesos del pasado.
Fernando Iglesias, franquiciado del grupo Tecnocasa en Madrid denuncia que este comportamiento del sector financiero es cobarde. Critica que al día de hoy se desechan o deniegan muchas hipotecas que se pagarían sin problemas y aprobaría cualquier analista de riesgos. La banca cada vez quiere correr menos riesgos y pide más y más garantías.
El saldo total de crédito hipotecario de las entidades financieras se estableció en enero en 988.313 millones de euros, lo que supone un descenso del 6,26% en tasa interanual y la mayor caída de la historia registrada. Así se desprende de los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que confirman la contracción que sufre esta actividad en España desde hace cuatro años.
No obstante, los precios de la vivienda y los tipos de interés describirán, previsiblemente, una tendencia a la baja y podrían contrarrestar en parte los efectos de la atonía económica y el paro sobre la contratación hipotecaria.