A la hora de adquirir una vivienda, en la mayoría de los casos no se dispone del importe total del precio en el momento de la compra. De ahí que sea tan común el tema de solicitar una hipoteca y estar endeudados una buena parte de nuestra vida. Si se quiere comprar una vivienda y no se dispone del dinero suficiente, esta es la alternativa más común.
Ahora bien, hemos decidido que queremos solicitar una hipoteca y por tanto, nos dirigimos al banco a ver si nos la conceden. Como ya se sabe, con la crisis financiera, en gran parte provocada por el crédito fácil, las entidades bancarias se piensan ahora mucho más si conceder una hipoteca o no.
¿En qué consisten las hipotecas a interés variable?
Las hipotecas siempre tienen un tipo de interés. Los Bancos nunca regalan dinero, eso hay que tenerlo claro, por lo que cuando nos prestan la cantidad para una vivienda, fijan una cantidad a pagar mensualmente. A estas cantidades se les suman los intereses que serán los que darán beneficios a los bancos.
El tema es que los intereses pueden ser fijos o variables. Con los intereses fijos, se puede saber qué cantidad va a pagarse a lo largo de la hipoteca, sin embargo los intereses variables están referenciados a un índice que varía dependiendo del mercado.
El índice variable más empleado es el Euribor, que es un índice europeo que se consigue realizando la media aritmética del tipo de interés aplicado por las entidades financieras a la hora de conceder préstamos. Cuando las hipotecas son de interés variable, nunca se puede saber con exactitud qué cantidad se pagará próximamente por la hipoteca.
Las cláusulas suelo de las hipotecas variables, que el Tribunal Supremo recientemente ha declarado ilegales si carecer de transparencia, provocan que cuando el Euribor suba, el importe a pagar se eleve pero sin embargo, si el Euribor baja los clientes no se verán beneficiados. De esta manera, el gran beneficiado siempre es el banco.
Requisitos para conseguir una hipoteca
- En primer lugar, es necesario tener unos importantes ahorros antes de solicitar la hipoteca. La cifra necesaria puede variar dependiendo de la entidad bancaria, pero por lo general, ronda el 30% del importe total de la vivienda a comprar.
- Tener estabilidad laboral. Para el banco que presta el dinero, lo más importante es tener la certeza de que el importe de total de la hipoteca será devuelto. Por tanto, una de las cosas que más le preocupa, es si el solicitante tendrá ingresos regulares y eso suele venir definido por la estabilidad laboral.
- Aceptar la vinculación con el banco. El banco, como ya hemos dicho, el banco siempre quiere asegurarse de que el importe total será pagado mes a mes, por lo que pide que la nómina sea domiciliada en su banco y por lo general, también requiere que contratemos un seguro de hogar y de vida.
- Avales y garantías adicionales. No se requieren en todos los casos pero sí en la gran mayoría. Un aval puede marcar la diferencia entre conseguir una hipoteca o no especialmente para los jóvenes.