Una de las consecuencias que ha traído la crisis económica y, en concreto, la inmobiliaria, ha sido que la diferencia entre el precio de la vivienda libre y el de la vivienda protegida se ha reducido considerablemente, dándose la circunstancia de que, a día de hoy, compensa poco o nada decantarse por comprar una vivienda protegida para la que ya no hay ayudas y que, sin embargo, exige el cumplimiento de ciertos requisitos y obligaciones.
En el conjunto de España, la diferencia entre el precio de la vivienda libre y el de la protegida ha caído en un 69,7% desde el año 2007, cuando adquirir un piso sin subvención podía suponer aproximadamente el doble que optando a ayudas.
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Aquel abismo entre el precio del metro cuadrado entre ambas opciones pasó de los 1.014 euros al inicio de la crisis a los 364 euros de finales del año pasado, según estadísticas del Ministerio de Fomento, e incluso hay Comunidades Autónomas, como Castilla la Mancha, en las que hoy en día resulta hasta 100 euros más caro comprar una vivienda protegida.
Por otra parte, y a la par que la caída del precio de la vivienda libre, se han ido produciendo modificaciones en la legislación que hacen que las VPO resulten cada vez menos atractivas. En junio de 2013 el Gobierno suprimió las ayudas a las hipotecas para la compra de viviendas protegidas, así como las subvenciones a la promoción de estas viviendas en propiedad, y ya antes había aprobado una norma por la cual se permitía a los promotores descalificar viviendas protegidas sin vender, de nueva construcción o provenientes de la rehabilitación para facilitar su comercialización o alquiler.
Ante esta situación, existen dudas acerca de si lo más conveniente es ajustar el precio de la vivienda protegida (medida que ya están adoptando por su cuenta algunos promotores), si es posible desarrollar estímulos para incentivar la compra de estas viviendas o si es preferible reducir la reserva de suelo para VPO. Lo que sí parece más claro es que, a tenor del comportamiento actual de la sociedad, el número de personas que se decanta por el alquiler continuará incrementándose en los próximos años.