A la hora de la compra de una vivienda, obviamente los mayores gastos vienen de las operaciones de financiación, de las hipotecas y sus gastos, sin embargo éstos no son los únicos gastos obligatorios a los que el usuario tendrá que hacer frente.
De hecho, existen otras partidas de gastos que en caso de no ser bien previstas pueden suponer un duro golpe para la economía de la operación, máxime si, como resulta habitual, esta resulta ser muy ajustada.
Las mejores hipotecas a interés variable
Como decíamos los gastos, incluyendo los de hipoteca, no van a circunscribirse exclusivamente en los costes que el banco aplica. A partir de la operación de compra sino para presentar una serie de gastos, incluyendo la conformación del propio préstamo, impuestos y gastos de administración, que en determinados casos pueden superar el 12% de la operación, es decir una cantidad más que apreciable.
Sin considerar en este caso el impuesto de valor añadido, el usuario deberá hacer frente en teoría cuestiones como; los registros, la notaría, la gestoría, la transacción, la nota simple del registro de propiedad, entre otros, siendo en cualquier caso éstos los más destacados, y, ciertamente, dependiendo de la relación entre el usuario y la entidad, no siempre adjudicados a aquél a favor de esta, ya que vamos a encontrar efectivamente entidades que suman algunos de estos gastos como puede ser por ejemplo el de tasación.
En cualquier caso y como queda claro en ese porcentaje importante que citamos anteriormente que estos gastos pueden suponer, siempre, a la hora de una compra y contratación a tal efecto de un crédito hipotecario, siempre deberán ser tenidos en cuenta.