Existen dos fórmulas a la hora de comprar una vivienda. Se puede pagar en efecto o mediante un crédito, es decir, de una hipoteca. Eiventemente la primera no está al alcance de todo el mundo, pero aún así nunca está de más coger la calculadora y ver cuál de las dos es más rentable desde el punto de vista financiero. Además, también podremos extrapolar los datos al porcentaje inicial que vamos a destinar al pago de la casa. Vamos a verlo.
Quien tuviera 150.000 euros en mano para poder enfrentarse al dilema de su pagar en metálico la vivienda o contratar una hipoteca. Por fortuna, tampoco es necesario llegar hasta ese extremo y basta con replantear la pregunta de la siguiente forma: ¿Me compensa pedir una hipoteca por el 80% del valor de tasación de la vivienda o me conviene más pedirla por el 70% y abonar el resto en metálico? Lo que ocurre es que a afectos prácticos resulta más fácil hacer la comparación sobre el 100% de la vivienda y esto precisamente lo que haremos. Después, bastará con extrapolar el ejemplo al porcentaje de la casa que podamos pagar de antemano.
En principio, la norma general nos dice que en la medida de lo posible hay que evitar endeudarse, algo que también incluye a los préstamos hipotecarios. Sin embargo, la realidad es algo diferente y más en el caso de las viviendas con la recuperación de la deducción por vivienda habitual que se puede practicar en el IRPF y que el nuevo gobierno ha recuperado a través del Real Decreto-ley 20/2011, que va a ser más recordado por la subida del IRPF para 2012.
De forma resumida, los impuestos de la hipoteca permiten desgravar un 15% de las cantidades aportadas para la compra de la casa sobre una base de 9.040 euros. Esto se traduce en una deducción máxima de 1.356 euros anuales en la declaración de la renta. Para una hipoteca a 20 años estaríamos hablando de un ahorro fiscal de 27.120 euros, sin importar la cantidad del préstamo hipotecario. Pero sí que tendremos en cuenta este dato para compararlo con los intereses que pagaremos por el préstamo hipotecario. A tal efecto, utilizaremos una hipoteca de 200.000 euros con un tipo de interés fijo del 5% y una revisión anual de intereses. El cuadro de amortización resultante puede consultarse aquí.
Un cálculo básico sobre el ejemplo anterior nos dará 80.000 euros sólo en intereses, y eso sin contar con el sistema de amortización de la hipoteca, que puede elevar el montante de los intereses. Visto así, no parece que pedir una hipoteca sea la mejor opción si disponemos del dinero en mano para hacer frente a la casa. Sin embargo, hay un elemento más que deberemos tener en cuenta y que está relacionado con la disponibilidad del capital. En caso de contratar una hipoteca dispondremos del dinero que iba a costar la vivienda para invertir y sacar una rentabilidad. De forma resumida y muy esquemática, para que esta opción sea rentable deberemos obtener ganancias superiores a los intereses que vamos a pagar para no ‘perder dinero’.
También te puede interesar:
- Calcular la revisión de la hipoteca
- ¿Cuándo conviene subrogar a hipoteca?
- La comisión de apertura
- Comisión por amortización parcial
Imagen – Public Domain Photos