No estamos hablando de un plato de cocina sino de la forma en la que se denomina a hipotecar la casa para obtener liquidez. Es decir, estamos hablando de formalizar un nuevo préstamo hipotecario sobre una vivienda ya pagada o, en su defecto, ampliar el capital de una hipoteca existente como fórmula para financiarse a un coste más bajo que con un préstamo personal.
Vía 20 minutos recuperamos el término de Hipotecas a la piedra que no hace sino relación a un tema que ya hemos tratado con anterioridad como es el de hipotecar el piso como alternativa a solicitar un préstamo ‘al uso’. De esta forma, en cierto sentido estaríamos haciendo ‘liquido’ uno de los activos más ‘ilíquidos’ que existe, la vivienda. Dicho de otra forma, transformamos en dinero ‘contante y sonante’ de acceso inmediato un bien que tiene un valor económico pero que no se puede traducir en metálico de forma rápida.
Para quien todavía se pregunte por qué querría alguien hipotecar de nuevo su vivienda con lo que cuesta pagarla la respuesta es sencilla. Más allá de las necesidades de dinero, lo cierto es que las hipotecas son los préstamos que mejores condiciones ofrecen del mercado. Por eso, antes de solicitar un préstamo personal muchas familias prefieren explorar esta posibilidad. Eso sí, antes de ponerse a buscar un banco conviene echar mano de la calculadora para determinar si será o no rentable hacer una nueva hipoteca. Y es que los gastos de constitución de un préstamo personal nada tienen que ver con los de una hipoteca.
A la comisión de apertura y los gastos de estudio que comparten préstamo personal e hipoteca, habrá que sumarle los gastos de notaría, escritura, impuestos… Todos estos costes adicionales debemos sumarlo al tipo de interés que después pagaremos por la rehipoteca de la casa para que la comparación con el préstamo personal sea lo más fiable posible. Precisamente por estos gastos no suele resultar rentable hacer una hipoteca a la piedra por cantidades inferiores a 50.000 euros.
La mayoría de entidades trabajan las llamadas hipotecas a la piedra o segundas hipotecas, pero al final son pocas las que lo publicitan. En la mayoría de casos habrá que plantear esta posibilidad directamente en la oficina de referencia y ver qué condiciones nos ofrecen. ING direct es una de las que ofrece esta posibilidad a través de la Hipoteca Naranja sobre mi casa actual con la ventaja de que los tipos de interés están más cerca de la media del mercado de lo habitual. No debemos perder de vista que las condiciones suelen ser más duras para estas segundas hipotecas tanto en el porcentaje que se financiará sobre el valor de la vivienda como el tipo de interés que suele ofrecerse. Por eso mismo, muchos de los que trabajan estos préstamos no son bancos al uso, sino entidades especializadas en préstamos hipotecarios, algo parecido a lo que ocurre con la reunificación de deudas.
Lo que nunca debemos perder de vista a la hora de firmar un préstamo a la piedra es que volveremos a estar poniendo nuestra casa en juego, y que, en caso de impago habremos de atenernos a una posible ejecución hipotecaria.
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